jueves, 29 de noviembre de 2007

PARA ELABORAR DESPEDIDAS

Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte,
de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las
prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo,
abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No
es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se
puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado
sobre la tierra y se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras del
amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo
del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿sabes manejar?", "se hizo de noche"...Entre las gentes,
a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde",
y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras:
guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve,
es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio
para entrar a un panteón.
jaime sabines

(gracias a mariana perez, que nos acerco a este magnifico poeta)

4 comentarios:

Lapsus Lingua dijo...

Un hermoso poema del escritor mexicano Jaime Sabines. Uno de los mejores.

Un saludo

Ana

Alejandro De Barbieri dijo...

gracias ana por tu comentario
a mi me hace acordar mucho supoesia a la del escritor argentino , oliverio girondo. abrazo, alejandro

Diosa y Demonio dijo...

"Por si te pierdo"

Exactamente así te quiero.
con tus desórdenes en su sitio,
con tus dudas razonables,
de camino siempre,
con la sonrisa a veces fatigada,
y en los ojos la infinita ternura
que mira y se asombra,
de todo y de las pérdidas,
de todo y de la vida,
enredado en esto y aquello…
fracturado y entero.

Por si algún día te pierdo
en el vórtice de las circunstancias,
me queda tu nombre,
la proximidad posible,
el tiempo que me regalas,
el eco que me faltaba,
la mitad de las lágrimas
por si te hacen falta
también me las quedo,
las lecturas imposibles
del espacio común y el tiempo esquivo…

Sé exactamente por que te quiero,
pero si un día en la ceguera blanca de mis miedos, me preguntara
¿cuánto?, ¿por qué? o ¿hasta cuándo?
préstame tus ojos,
para mirar todo,
todo y la vida,
todo y sus pérdidas…
el tiempo necesario para saber que
exactamente así,
es como te quiero.

Berenjena Voladora dijo...

Aprender a dejar ir...
A no pretender tener para siempre las mismas personas, las mismas cosas, las mismas relaciones...inmutables...¡no tiene sentido!
Se sufre, sí...se sufre, ¡y mucho!
pero no querer sufrir es también un eslaboncito de la cadena que lleva a dejar estática la vida...
Dejar ir...¡cómo duele!...pero hace crecer.
Besotes voladores para todos.